La mayoría de la gente piensa que solo los que tienen la piel grasa pueden tener problemas de acné. Sin embargo, hay muchas personas que, aún teniendo la piel seca, tienen graves problemas de acné. En la mayoría de los casos, la gente que tiene la piel seca se enfrenta a problemas cutáneos más graves que los que tienen la piel grasa. Si tenemos piel seca y dificultades para controlar el acné, los siguientes consejos pueden ser útiles.
Catálogo
1. BUSCAR UN NUEVO LIMPIADOR PARA LA PIEL
Hay gente que tiene la piel seca por naturaleza, pero hay otras personas que tienen la piel seca debido a agentes químicos, es decir, que usan algún producto que le seca la piel. Ante un problema de piel seca, lo primero que tenemos que comprobar es por qué la tenemos así. En muchos casos, por ejemplo, el culpable es el limpiador facial que puede estar formulado específicamente para personas con piel grasa. Si este es el caso, lo mejor es cambiar el tipo de limpiador o incluso de marca.
Podemos probar otras opciones más suaves, incluso las que están hechas para bebés. Los expertos recomiendan usar limpiadores espumosos. Si elegimos un jabón, éste no debería tener ingredientes blanqueadores. Es mejor evitar geles o cremas que contengan productos químicos agresivos como el peróxido. Usando un limpiador nuevo que hidrate la piel, es posible que consigamos combatir los problemas de acné.
2. USAR MUCHA CREMA HIDRATANTE
Existe la creencia popular de que cuando se tiene un brote de acné, no se deben de usar cremas hidratantes. Los dermatólogos, por el contrario, recomiendan usar cremas hidratantes a las personas que tienen la piel seca y problemas de acné. Las cremas hidratantes no empeoran el acné, solo tenemos que elegir el producto adecuado.
Lo ideal es optar por hidratantes en gel, ya que las lociones y las cremas son algo grasas y pueden empeorar el acné. Otra característica imprescindible de estas hidratantes es que sean no-comedogénicas, es decir, que no provoquen la obstrucción de los poros. También es recomendable no hacer una exfoliación excesiva, ya que la piel se debilita y se vuelve más propensa a las infecciones.
3. BEBER LA CANTIDAD DE AGUA NECESARIA
Los dermatólogos siempre nos recuerdan que necesitamos beber agua en cantidad suficiente para mantenernos hidratados. Una cantidad de agua adecuada – unos ocho vasos al día – nos ayudará a tener una piel más sana y brillante. Cuando existe un problema de acné, beber suficiente agua ayuda también a desintoxicar el cuerpo de las toxinas que hay en las células y en la sangre. Al librarnos de esas toxinas, podemos prevenir que los poros se obstruyan. En muchos casos, la sequedad de la piel se debe a la deshidratación, así que tenemos que acordarnos de beber mucha agua para mantener tanto nuestra piel como nuestro cuerpo hidratados.
4. DEJAR DE USAR MEDICAMENTOS ANTI-ACNÉ POR UNA TEMPORADA
Algunos tratamientos para el acné tienen componentes químicos agresivos. Esos ingredientes pueden empeorar el estado de nuestra piel al resecarla demasiado. Si sospechamos que nuestra medicación para el acné está resecándonos la piel, lo mejor es dejar de usarla.
El dermatólogo podrá aconsejarnos sobre posibles alternativas. Incluso podemos dejar por completo de tomar la medicación para que la piel se regule por sí sola durante un tiempo. Otra opción puede ser usar la medicación tópica en días alternos durante unas dos semanas, y ver los progresos.
Actualizado el 2020-11-09